La danza del vientre ante la enfermedad: La extraordinaria lucha de Apolline

Gracias a Apolline, bailarina y profesora de danza del vientre, por sus detalladas respuestas a nuestra entrevista.

Bailarina de danza del vientre y talentosa maestra, sabemos que padece esclerosis múltiple. ¿Cómo llega a combinar estas actividades con esta enfermedad cotidianamente con tanta valentía y determinación?

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune: los anticuerpos atacan la capa de mielina de los nervios del cerebro y de la médula espinal causando disfunciones importantes – la imagen de la persona en silla de ruedas es un espectro que me amenaza. Han pasado 16 años que me diagnosticaron, aunque hacía años que síntomas menores ya estaban presentes sin que se supiera de que se trataba. Mis síntomas cotidianos son el agotamiento (tanto por la enfermedad como por el tratamiento), el dolor permanente, vértigos, problemas de vista, pérdida de sensación en los dedos de los pies… que aumentan con el tiempo y cada uno con los brotes (crisis) que ocurren en mi caso 1 vez al año. Todos estos síntomas son invisibles, pero terriblemente fastidiosos y cada vez más incapacitantes; la única manera de evitar al máximo la incomprensión de las personas cercanas o profesionales es hablar libremente de esto. Si estoy cansada, no es teatro: la fatiga me puede hacer llorar después del “esfuerzo” de levantarme y ducharme.
Mi esclerosis múltiple fue diagnosticada en noviembre de 2004 cuando apenas comenzaba mi carrera como bailarina y a dar cursos de danza del vientre. La enfermedad parecía haberme cortado las alas y el pronóstico era muy malo: los médicos me informaron que ya no podría bailar más. Luego de 3 años sin bailar, la enfermedad comenzó a ser menos agresiva y, para el cumpleaños de mi madre, organicé una cena oriental en la cual bailé para ella. Fue una revelación: el baile me aportaba energía, felicidad y parecía borrar el dolor y el cansancio (justo el tiempo de la escena, ¡pero era ya maravilloso!) Hace ya 12 años que he vuelto a dar cursos, talleres de bailes, y a actuar en el escenario.
El hecho es que el baile me reeduca: como sufro mucho y que los hándicaps de esta patología son múltiples y aleatorios, debo estar muy atenta a mi cuerpo. Por lo tanto, me ha permitido comprender mejor los movimientos y luego explicarlos mucho mejor a mis estudiantes. Es obvio que no es fácil todos los días y que a veces vivir es una pesadilla porque tengo que readaptar mi cuerpo después de cada brote… pero, el baile me permite levantarme, superar los límites que mi salud intenta imponerme y sentirme completa nuevamente. 
Añado que esta virtud del baile funciona para todos los traumas. Hace casi dos años, fui víctima de una violación y es también gracias al baile que logré encontrarme y superar este calvario.
La danza, como arte en general ayuda a embellecer la vida sobre todo cuando esta ha sido tan dura.

Su actividad de bailarina le permite sensibilizar al público en general sobre esta enfermedad a través de eventos de baile que organiza regularmente. ¿Puede contarnos más?

En 2013, un poco por capricho para ser sincera, decidí organizar por mi cuenta o casi mi primer espectáculo independiente de toda estructura, con fines benéficos, a favor de la asociación Lorsep. Esta red de información y ayuda para las personas con esclerosis múltiple (EM) en Lorena me aportó mucho y quería ofrecer algo para agradecer a todo su equipo. Así nació el espectáculo “Bailar para combatir la EM”. Presentar el trabajo realizado con mis alumnos, el de los artistas que estimo y el mío como solista, era para mí una manera de demostrar que la enfermedad no es una fatalidad y que podemos lograr cosas grandes y hermosas a pesar de ella. Me ha permitido difundir información sobre la esclerosis múltiple, crear consciencia sobre sus síntomas a veces violentos pero invisibles y dar, espero, un poco de esperanza tanto a las personas que la padecen como a quienes las rodean.
Desde el año pasado, el espectáculo se organiza en beneficio de asociaciones de ayuda a víctimas de violencia sexual y su nombre se ha convertido en “Bailar para combatir el mal”. El objetivo es el mismo: informar, sensibilizar, superar el sufrimiento y hacer soñar.
Ahora, es un equipo con más de 20 voluntarios que me acompañan en la creación y la implementación de este espectáculo anual. Mi ingeniero de sonido Jhon Blackfire, mi ingeniero de luces Max Bronner y Roxane Kouby con habilidades técnicas, entre otras competencias, me respaldan a hacer este evento cada vez más rico, hermoso y original. Si la sesión de este año fuese cancelada debido al contexto sanitario, ¡tenemos entonces 1 año más para que sea una maravilla en septiembre de 2021!

La historia hace igualmente parte de sus pasiones. ¿En qué medida asocia sus conocimientos en la materia con la danza oriental durante sus cursos y talleres de danza del vientre que usted da?

También soy historiadora de arte, mitologías, bailes del Próximo Oriente y especialmente doy cursos y conferencias sobre la mitología y el acadio. Las creencias, las formas de arte y las antiguas civilizaciones siempre me han fascinado. En mi opinión, un baile es la herencia de la(s) o de las civilizaciones que hacemos renacer y evolucionar. Así cuando enseño los bailes orientales (Raqs Sharqi, baladi, saidi, shaabi.) cíngaros (flamenco, kalbliya o kawliya), ATS y fusión tribal, explico a mis alumnos el contexto en el que se bailan, por quién, la apariencia y la importancia del traje, el significado de algunos gestos. Me parece muy importante conocer los orígenes y los contextos de un arte que enseñamos. Mis alumnos aprecian mucho este aspecto de la pedagogía, que les permite, pienso, comprender mejor estos bailes y, por lo tanto, expresarlos mejor.
Además, a veces ofrezco temas de baile extraídos de la mitología o de otros relatos legendarios: luego cuento la historia con antelación o los mitos en los que aparecen personajes o creaturas fantásticas para encarnar y describir su aspecto, carácter, donde nacieron y lo que simbolizan. ¡Así el trabajo de expresividad procura ser más sensible… y más lúdico! 

¿Cuál es su trayectoria en el universo del baile?

Fue a los 12 años que descubrí la danza oriental gracias a mi madre que había comenzado a tomar cursos en nuestra pequeña ciudad Epinal. La profesora, Seghera me enseño todo sobre el Sharqi y las bailarinas tradicionales marroquíes y argelinas. Muy rápido, mi mamá y yo fuimos adoptadas por la familia de esta maravillosa bailarina y tuvimos la suerte de ser invitadas a bodas y otras fiestas magrebíes de la región y a aprender a bailar también con las mujeres de esta comunidad. Inmediatamente me cautivó la variedad de los movimientos, el ambiente, el vestuario y la calidez oriental.
Más tarde, cuando me fui a hacer mis estudios de historia del arte y de religiones en Nancy, continúe aprendiendo principalmente el sharqi, luego el baladí y el saidi a través de algunos cursos y prácticas. Cuando tomé la decisión de convertirlo en una de mis profesiones, me interesé en el estilo fusión tribal que comenzaba a ser conocido en Francia y por lo tanto en la ATS y luego en bailes gitanos.
También continué formándome a través de numerosas prácticas especialmente en el marco del festival Bellyfusions donde pude conocer y aprender de grandes bailarines y bailarinas como Samantha Emanuel, Meher Malik, Ilan Rivière, Francesca Pedretti para citar algunos nombres. así que pude dar no sólo clases de bailes orientales sino también de ATS, fusión tribal y baile gitano. Recientemente pude seguir entrenando con Deb Rubin o Kami Liddle en particular, o con Assala Ibrahim que me inició al raqs el kawliya, baile gitano iraquí del que me enamoré. 
Al mismo tiempo, creé mi primera compañía, los “Bohemian Spells” (2011-2016) dedicada a la ATS, luego los Apsaras (2016-2018), un trío de fusión tribal. Si tuve que dejar en suspenso el trabajo de directora de la compañía, es porque acabo de crear mi estructura educativa, le Museion, en la que enseño todo lo que tengo la suerte de saber tanto en los bailes como en la historia de los artes y civilizaciones: esta realización toma mucho tiempo y energía ¡pero el proyecto vale la pena! Espero pronto poder crear una nueva compañía pues admito que la extraño y que estoy llena de ideas.
Por otro lado, comienzo a aprender la danza polinesia y el aro aéreo.
Espero poder descubrir muchos más bailes en los próximos años.

¿Qué estilos o fusiones de baile prefiere y por qué?

Admito que adoro el baladí y el sharqi que son mis primeros amores. ¡No podemos romper una historia así que ha durado 30 años! El estilo de Samia Gamal me sigue y siempre me inspira tanto por su sobriedad y elegancia. Y me enamoré del raqs el kawliya, baile de alegría, chispeante y liberador que debe ser preservado sobre todo porque su comunidad está en peligro.
Dicho esto, la fusión tribal me corresponde muy bien por la libertad que ofrece en el proceso creativo: se trata de un baile aún en desarrollo, pero con la técnica estricta e impecable, permite dejar volar la imaginación y su implementación. ¡Cada cuadro es un descubrimiento!
Pero admito que mis preferencias están fluctuando porque basta con que una música que me tome a pecho y el baile al que se le asociará será “mi favorito” hasta su creación en el escenario… Recientemente es el caso de una linda versión de “La Llorona”, canción tradicional mexicana, que me impulsó a crear un cuadro de danza gitana sobre el tema del Girasol, que era una ninfa enamorada del sol que la rechaza y que se lamenta mirándolo. 

¿Qué le evoca o simboliza la danza del vientre para usted? ¿Y qué le aporta?

Para mí, las danzas orientales, además de encarnar una linda imagen de la Feminidad por su puesto, es sobre todo la Resiliencia, la Fuerza y el Compartir. Me da confianza en mí misma, alegría, descanso en la enfermedad y en las dificultades. Ella me convierte en artista, princesa, guerrera y me ayuda a saber a dónde voy y a vivir, me reconstruye.

¿Cuáles son sus futuros proyectos en cuanto a la danza del vientre?

Mi primer proyecto para el futuro es de ser siempre capaz de bailar, a pesar de la enfermedad. También seguir formándome, progresar, descubrir y continuar a elaborar mi propio estilo de fusión tribal.
La creación de espectáculos con diversas colaboraciones también está en el programa con dúos de danza contemporánea como con uno de mis amigos y compañeros del Ballet de Lorraine, por ejemplo, siempre espectáculos caritativos, pero también otras escenas muy originales, especialmente en los temas oníricos y mitológicos en colaboración con mi ingeniero de luces y bailarinas como Francesca Pedretti. 
También deseo continuar mi trabajo de investigación sobre la Historia de la danza del Próximo Oriente, estudio comparativo basado en la iconografía de la antigüedad hasta nuestros días.
El año pasado, fui solicitada por el Consejo Internacional de la Danza (CID_UNESCO) para formar parte de la asociación que me permitirá organizar capacitaciones destinadas para otorgar diplomas internacionales de danza. No se podrá implementar durante 2 años, creo, pero realmente me aferro a ello. 
Por último, me gustaría organizar un coloquio en Nancy donde vivo, sobre la historia de las bailarinas a través de los tiempos y las civilizaciones, mesas redondas acompañadas de aprendizajes, talleres de danzas y clausuradas con un espectáculo que reúne la mayor cantidad de estilos de baile como sea posible. La danza del vientre en todas sus formas serán obviamente el centro de atención.  

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