Descripción de Lolie, bailarina oriental en su estado natural

Gracias a Lolie, bailarina y profesora de danza del vientre, por sus detalladas y fascinantes respuestas a nuestra entrevista.

Usted hace parte de las grandes bailarinas orientales más reconocidas de Francia, ¿Cuál es su recorrido en esta área?

Mi recuerdo más antiguo, corresponde sin duda a uno de mis primeros contactos con la danza, es un taller de danza africana: yo tenía 4 años, acompañaba a mi mamá. Aún guardo en mi mente la imagen de los percusionistas. Este encuentro debió haber sido determinante, sin parecerlo… Después yo practiqué la danza rítmica, clásica y el jazz. Evolucioné en un universo de músicos de varios estilos. También estudié música y me especialicé en violín en el conservatorio. Cuando tenía 17 años, fui por primera vez a Túnez, esto fue un verdadero choque auditivo, escuchando la voz de Fairuz o la de Abdel Halim. Regresé con un montón de casetes audio y con unos deseos profundos de seguir en contacto con este nuevo universo.
Este viaje determinó mi primera asistencia a un curso de danza del vientre, donde Nadia Messaï enseñaba en el Studio Harmonic. La historia de mi vida como bailarina comenzaba. Muy rápido aficionada, progresé y Nadia me propuso reemplazarla en uno de sus cursos ya que estaba embarazada. ¡Qué honor me hacía ella! Yo era la más feliz del mundo en ese momento… Después de eso, quise abrir mi propio curso, le hablé a Nadia quien sostuvo más o menos este discurso: “Todavía estas muy lejos de estar lista, aun te queda mucho por aprender, pero ¡Adelante! Yo te apoyo en este paso”. Cabe mencionar que en el 2000, hubo mucho menos profesores de danza del vientre que hoy en día y muchos lugares se dejaron seducir rápidamente por la idea de abrir un curso de danza del vientre. Así que fue bastante fácil para mí encontrar oportunidades.
El segundo encuentro importante fue aquel con Leila Haddad, quien después de un tiempo me propone entrar en su compañía de danza del vientre. ¡Qué increíble aventura! Leila Haddad me ha enseñado tanto. De ella conservo esencialmente su determinación, su exigencia y la belleza de su danza, indudablemente.
Luego de haber tenido a mi hija en el 2004, preferí retirarme de la compañía para dedicarme a ella, obviamente, luego de pensar en lo que quería hacer verdaderamente y con profundidad. Decidí entonces formarme con otros profesores de danza del vientre: Myriam Douiou conocida en la compañía de Leila Haddad; Lamia Safieddine con la que yo trabajé sobretodo en la interpretación de canciones, pues tomaba cursos de árabe con ella; Mayodi, que admiro profundamente y quien me ha integrado en su compañía también. Yousry Sharif, que me ha permitido recobrar la energía del jazz de mis años de juventud y con quien produje mi primer CD “Orientally vol. 1”; Beata y Horacio Cifuentes, Raqia Hassan, y muchos otros. Al igual decidí que tenía que hacerme conocer un poco más, y para mí esto lo debía hacer necesariamente pasando por concursos de danza del vientre. Entonces participé en tres competencias y cada vez gané el primer premio: en Berlín en 2007, en Turín en 2008, en Bruselas en 2009. En efecto, esto me permitió hacerme conocer y ser invitada a ciertos eventos en Francia y en el extranjero. El premio del concurso de Turín me permitió también ir al Cairo por primera vez, al festival "Ahla Wa Sahlan". Y desde luego, las cosas se suceden una tras otra en el momento en que los encuentros tienen lugar.
En el festival "Ahla Wa Sahlan" conocí a Mohamed El Sayed, con quien trabajé para un espectáculo “Elles dansent… Hourriya”. En El Cairo también conocí a Diana Tarkhan, tomando clases con ella. Y más tarde, le propuse unirse al proyecto de un espectáculo que yo tenía: “Rendez-vous” (“Cita”), con mis amigos y colegas Hind Taoufiq y Lucie Pascalis. En el festival "Khamsin" al que fui invitada como profesora, tuve la oportunidad de conocer al percusionista Giorgio Rizzo, con quien organicé un espectáculo en Paris. En fin, todo nace de la acción: es desplazándose, actuando, moviéndose que las cosas llegan, en todo los sentidos de la palabra. Tomaría mucho tiempo explicar todas las ramificaciones que han podido nacer de estas experiencias, ya sean los concursos, los festivales, los talleres, los espectáculos… Los ejemplos que les he dado, solo representan una pequeña parte del increíble montón de experiencias vividas en estos últimos 19 años.

¿Cómo definiría su estilo?

Personal y honesto. Soy consciente de todos mis defectos pero al igual soy muy perfeccionista y perseverante, entonces eso compensa. Trabajo duro para que mi cuerpo encuentre los caminos que le convienen, pero se niega a caer en el facilismo. Todo lo que se salga de la danza, es decir todo lo que para mí es superficial, prefiero prescindir de ello. Solo me interesa el movimiento. La música y el movimiento. Parto del hecho, que para encontrar su propio estilo, el cuerpo debe experimentar un sinnúmero de cosas, es por esto que yo lo desafío con frecuencia, aprendiendo nuevas técnicas de nuevos bailes. Los talleres de danza contemporánea, en estos últimos años me han permitido contemplar muchas posibilidades nuevas en mis interpretaciones. Pero una vez más, no fuerzo nada: lo que mi cuerpo no quiere conservar, yo no intento incorporarlo a toda costa.

¿Cuál es la fuente de su inspiración?

Soy muy abierta a todo lo que se refiere a la creación artística, en todas las áreas: el cine me inspira, y por supuesto el espectáculo en vivo. Los espectáculos de James Thierrée han sido ¡un verdadero impacto! Estoy convencida que mi posición como espectadora me ha construido realmente y ha contribuido tanto en el desarrollo de mi baile y de mi estilo como en el trabajo que he podido efectuar concretamente bailando.
En lo concerniente al universo de la danza del vientre, si debería citar a dos grandes bailarinas orientales que admiro, diría Fifi Abdu y Dina, pero entre mis amigas también hay bailarinas muy inspiradoras como Sarah Falha, que estaba en la compañía de Leila Haddad igualmente. Mis estudiantes también me inspiran. Con una mirada muy abierta, uno se da cuenta hasta qué punto las fuentes de inspiración son múltiples.

¿Qué le aporta la escena? Y ¿la enseñanza?

Bailar me aporta algo, de hecho muchas cosas, o más bien lo esencial: la vida. La escena exige estar aquí y en el ahora. Es verdaderamente el lugar del momento presente. Es el sitio más arraigado a la realidad y al mismo tiempo el que más se sale de ella. La escena es un lugar donde los milagros tienen lugar; como el hecho de sentirse en éxtasis. No sucede siempre, ¡ni mucho menos! Pero cuando esto pasa, ¡es increíble ǃ y ¡sinigual ǃ
La enseñanza me permite comprender y ser consciente de lo que se hace. El hecho de tener que encontrar las imágenes y las palabras necesarias para hacer entender a mis alumnos lo que deseo, es también muy instructivo para mí. Enseñar me ha permitido sin duda avanzar y al mismo tiempo progresar en una dimensión que también huye a menudo de esta danza, con frecuencia abordada como un baile de solista: la dimensión colectiva.

¿Puede una bailarina oriental de su envergadura vivir de su arte?

Todo es una cuestión de elección, de concesiones y de circunstancias. Estoy convencida de que todo es posible en sí, lo que no significa que todo sea posible en los hechos… Así que es difícil responder a esta pregunta de una forma general. En cuanto a mí, sí, he podido vivir durante 18 años, hasta que tenga suficiente, pues el estatus como trabajador independiente no es nada sencillo.

¿Ha hecho otros sacrificios para poder llevar a cabo bien su carrera?

Yo hablaría más bien de elección nuevamente. La palabra sacrificio sirve más para satisfacer su ego, pienso yo. Entonces sí, he tomado algunas decisiones muy fuertes: parar mis estudios a los 20 años, estar en conflicto con mi familia por una decisión que parecía loca, consagrar tiempo infinito a la danza, y muchas otras cosas…

¿Cuál ha sido su primer flechazo artístico? ¿Cuál fue el último?

Mi primer flechazo artístico, se lo debo a mi madre: a ella le encantaba Jérôme Savary, y de pequeña, me llevaba a ver casi todos sus espectáculos. Savary fue realmente la primera revelación artística de mi vida.
El último flechazo, es la creación “Solo”, de Philippe Decouflé, vista en Chaillot (Teatro Nacional de la Danza) en junio. Gran arte, humor, movimiento, poesía, emoción, había de todo, ¡absolutamente todo!

¿Cuáles son sus sueños en esta materia o los grandes proyectos que le quedan por llevar a cabo?

Mi gran proyecto es y será bailar, pase lo que pase. Con dolores, con muy pocos medios e incluso en salas pequeñas. A veces me siento frustrada al consagrar tiempo en las creaciones que están destinadas para realizar en una sola fecha, máximo dos, pero cuando recibo mensajes o algunas palabras luego de un espectáculo, describiendo el efecto que ha producido lo que yo he hecho en el escenario, entonces me digo que la huella que he dejado, tan pequeña que sea, es importante, pues ella es emoción. Creo firmemente en el poder de la emoción, o más bien de las emociones. Son las emociones artísticas que nos revelan (a nosotros mismos, a otros, al mundo), nos guían, nos construyen, y nada puede alegrarme más que saber que por mi arte puedo estar en un compartir de emociones con los espectadores.

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Publicado en: Bailarinas orientales

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Comentarios

  • Portrait de Lolie, danseuse orientale à l’état brut
    Por: Nicole semah El 01/08/2019

    Bravo, tres bien dit... au plaisir de se retrouver tres belle lecture